miércoles, 13 de julio de 2011

COCINEROS A LOS PINOS


Durante los últimos años he caminado el camino de la Nueva Cocina Popular Mexicana sin siquiera saber que lo estaba andando o a donde me llevaría. Hoy por fin me siento acompañado. Me dí cuenta que no caminaba solo cuando cobré conciencia de que estaba siguiendo los pasos de otros que antes de mí lucharon por llevar el sentido común y el fundamento a nuestra alimentación, nuestra cocina y nuestra gastronomía.

Y siguiendo sus huellas me di cuenta de que nunca es tarde para intentar hacer frente a las amenazas que desde fuera y desde dentro de nuestras fronteras intentan disuadirnos de defender lo que siempre fue nuestro y que siempre lo será.

Hoy sé que junto a mí caminan muchos, o será que yo camino junto a ellos, por las vías del tren que viene atrasito de nosotros y que entre todos habremos de abordar para llegar a donde nos espera un mejor futuro para los que nos preocupamos desde hace mucho tiempo porque a nuestros hijos, hijos del maíz, no les falte nunca una tortilla recién hecha que llevarse a la boca. Próxima estación: Esperanza.

Escribo estas líneas al amparo de un techo que no es mío, pero que hago mío mientras me sirva de techo. Es de madrugada en Euskadi y mientras la luna me mira de reojo y en el negro horizonte más allá de las viñas se dibuja un deseo alimentado de ilusión por lo que queda por hacer y de reproche a la sociedad en su conjunto porque no hemos dicho antes lo que ahora gritan todos, me pregunto:

¿Porqué no nos hemos dado cuenta de que la alimentación, la cocina y la gastronomía en México nos están pidiendo que le demos a cada una de ellas su lugar y su justo valor?

Y es en medio de la noche que miro hacia el suroeste para intuir que más allá del horizonte donde la noche todavía es día, en México, el Consiente Colectivo lucha por despertarse del sonambulismo crónico de un país que fue educado para no contradecir a su papá gobierno, no fuera a ser que eso hiciera llorar a su mamá la Iglesia y entre tanta chilladera se fueran a despertar sus hermanitas la pequeña, la mediana y la gran empresa.

Por favor. Vamos a empezar a hablar con los frijoles en la mano.
¿A que o a quien le tenemos miedo en México que no nos creemos en el Divino (Dios) derecho de pedir que se nos respete nuestro Soberano (México) derecho de reclamar a nuestros gobernantes por las cosas que no se hacen en favor de nuestro Legítimo (Instituciones) derecho?

Yo de economía no entiendo nada. De política lo justo y de relaciones públicas nada. Por eso no me importa mentársela a los políticos que de economía entienden lo que les conviene y a los economistas que deberían saber más de política, sobre todo de políticas sociales, culturales y medio ambientales.

Yo soy solo un cocinero, pero ante todo soy mexicano y no me gusta que me hagan de chivo los tamales. Ni soy un muerto de hambre, ni lo seré nunca. Ni soy tan tonto como para no aburrirme de que me den circo los 365 días del año.

Como mexicano y como cocinero reconozco más que nunca que los retos y oportunidades de mejora que enfrentan nuestra alimentación, nuestra cocina y nuestra gastronomía, tienen un trasfondo evidentemente político.

Hoy, y a propósito de la reciente victoria de la Selección Mexicana de Fútbol que los proclamó flamantes Campeones del Mundo Sub 17, se ha generado en las redes sociales una sinergia que me ha llevado a darme cuenta de que mucha gente comulga con los valores de la Nueva Cocina Popular Mexicana (Creatividad, oficio, responsabilidad social y medio ambiente) sin saberlo, lo cual me llena de alegría y de tristeza a la vez, pues si es verdad que en sus corazones albergan las mismas esperanzas que yo, no entiendo por que parece ser que soy el único que da la cara y las defiende.

Llegó el momento de exigir a los que nos representan que dejen de hacer el papel de títere de aquellos que no dan la cara, pero que viven a costa de los esfuerzos que como país hemos generado y seguimos generando independientemente de nuestro manifiesto rechazo a las prácticas que día a día llevan a cabo en detrimento de nuestra soberanía alimentaria.  

Vamos a hablar claro. La alimentación, la cocina y la gastronomía mexicana no parecen ser asuntos de Estado en México, un país que cuenta con un patrimonio gastronómico de valor reconocido por el mundo entero y que no cuenta con el aval de sus instituciones para garantizar el desarrollo de la cocina como parte de su cultura.

Y es en parte por esa falta de aval por parte de las Instituciones en México que luchamos y seguiremos luchando desde Nueva Cocina Popular Mexicana.

La cuestión aquí tratada, ha sido puesta en evidencia a raíz de la publicación en Twitter del TT #cocinerosalospinos por parte de D. Claudio Poblete en nombre de Culinaria Mexicana a propósito del NO reconocimiento de esfuerzos tales como el que un grupo de mexicanos pertenecientes a la sociedad civil hicieron posible que la Cocina Mexicana fuera reconocida por la UNESCO como Patrimonio Intangible de la Humanidad en 2010, en beneficio del SI reconocimiento, panificable y circense (recepción en la Residencia Oficial de Los Pinos incluida) de una Selección de Fútbol que si bien es cierto ha conseguido un mérito sobresaliente, no deja de ser un logro que no es comparable en importancia, ni por mucho, a los logros conseguidos por México como nación a nivel culinario desde hace más de 30 siglos y que el Señor Presidente de todos los mexicanos no ha querido ni ha sabido reconocer.

Si la alimentación no es asunto de Estado en México, entonces no me siento representado por el Estado. Y es desde este sentimiento que nuestros reclamos deben hacerse cada vez más evidentes a ojos de las Instituciones. Estamos en todo nuestro derecho de reclamar un cambio de política en lo referente al campo y a todos los sectores primarios así como a las gentes que viven de él, con especial énfasis en los temas de cultivos transgénicos.

Políticas que no obvien la importancia de reconocer el valor que tiene para un país su alimentación, en términos de salud, bienestar y justicia social, así como su cocina y su gastronomía entendidos como sistemas vivos, reales, codificables y cuantificables de un patrimonio cultural y gastronómico que tiene el potencial de ser un gran generador de trabajo y oportunidades de desarrollo para comunidades deprimidas y alejadas de los lobbys turísticos y del compadreo de unos cuantos que en despacho deciden donde construir una nueva marina, otro campo de golf o, si se apendejan un poco los ejidatarios, pues las dos cosas.

Estamos hablando de reconocer nuestros errores de acción y de omisión para poder reconducir el rumbo de este tren llamado México.

Se trata de conseguir el apoyo de todos los actores sociales para que a partir de ahora demos de nuevo valor, a lo que siempre lo ha tenido, a nuestros hábitos alimentarios y prácticas culinarias en beneficio de nuestro patrimonio cultural.

Se trata de defender lo nuestro.

Ha llegado el momento de alzar la voz, de unirse a la Revolución Gastronómica de México y de defender la causa que nos une por encima de nuestras diferencias:

LA SELECCIÓN MEXICANA DE FUTBOL.

Perdón, me resbalé, es que a mi también me gusta el fútbol. Bueno aparte del fútbol:

LA COCINA MEXICANA.

Nueva Cocina Mexicana apoya cualquier esfuerzo en este sentido, y #cocinerosalospinos sin duda es un fiel reflejo de los valores que en esta trinchera defendemos desde hace casi 3 años.

Los invitamos a seguir de cerca esta iniciativa de D. Claudio Poblete así como la carta que dirije en nombre del Consejo de Periodistas Gastronómicos de México A.C. al C. Presidente de todos los mexicanos y donde se incluye una propuesta para un Plan Nacional de Desarrollo Gastronómico que pone de manifiesto algunos de los importantes reclamos que como mexicanos debemos apoyar desde un activismo pacífico, cívico y responsable.

¡Porque nuestra alimentación, nuestra cocina y nuestra gastronomía sean dignamente representadas y porque algún día no muy lejano, y desde las Instituciones mexicanas, se les de el reconocimento que se merecen; Cocineros a Los Pinos!

Por lo tanto y a manera de conclusión, me gustaría poner de manifiesto tres cosas:

1.     Nueva Cocina Popular Mexicana responde a los retos de nuestra alimentación, nuestra cocina y nuestra gastronomía en el sentido que defiende su importancia como parte fundamental de nuestra cultura y de nuestra identidad como mexicanos.

2.     Somos muchos los que deseamos que desde las Instituciones se trabaje de manera real por el rescate, la salvaguarda y la promoción de nuestro patrimonio gastronómico con la finalidad de conseguir que todos los mexicanos valoremos antes que nadie la riqueza que atesoramos en todas nuestras cocinas, todas, desde el más humilde de nuestros hogares, hasta la Residencia Oficial de Los Pinos. Y por último:

3.  Felipe Calderón Hinojosa no sabe o no le gusta comer, pero tampoco deja que lo enseñen. Es igual, tampoco queda mucho tiempo pa’ enseñarle.

Sub Comandante Manu
Nueva Cocina Popular Mexicana.
Los años del exilio en Euskadi.

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