lunes, 2 de mayo de 2016

MEXICO. LA HUMILDE CASA.



Mire Usted, si Usted que se mea del gusto cada vez que lee algo del Pujol en la prensa, aunque nunca haya cenado ahí, cada vez que la Selección le gana a su sim...ilar de Haití, o cada vez que una belleza de 'mucha nalga y poca chiche' es coronada Miss Universo: la lista de San Pellegrino solo sirve a ciertos públicos y está muy bien, si Usted y sus compañeros de mesa se pueden dar el lujo de gastarse en una sentada lo que un cocinero gana en un mes. Es una lista parcial enfocada a cierto estilo de vida.

El circo de Londres ya está aquí. Ojalá y cada vez haya más mexicanos en ella que cocinan para todos y no sólo para unos pocos.

Me gustaría ver otras listas: la mejor fonda de Mexico, mejor Antojeria, Taqueria o puesto callejero. Porque hay otras cocinas y otros valores que privilegiar más allá del restaurantes de "lujo".

Lujo. La imagen que tengo después de los pocos años que llevo cocinando es que el Establishment gastronómico confunde el DERROCHE con el lujo. Si lo suyo es el derroche que le aproveche. Para mi el lujo es que me cocinen como en mi casa o la suya* y para eso, justo para eso esta lista, a mi no me sirve para nada.

Sigamos luchando! Nuestra batalla es otra. ‪#‎nuevacocinapopularmexicana

*Cuando el mexicano recibe visitas en su casa se deshace en atenciones por el gusto de tenerlos ahí, en su casa. En seguida se ofrece un vasito de agua de limón o se manda al niño a por unas caguamas a la tendida de Doña Pompo. El esmero y la preocupación porque la comida sea del gusto del invitado se nota en cada detalle y se ofrece lo mejor que se tiene desde dos valores inherentes a la condición de la cocina popular mexicana en lo hogares: EL CARIÑO Y LA HUMILDAD. Y ese si que es un lujo que no se paga con dinero. A nivel de Restaurantes laureados y exclusivos se intenta replicar sin éxito este ritual generalmente sin éxito pues el talante del Chef suele ser de arrogancia, de estar haciéndonos un favor y de sentirse por encima del comensal. A el no le preocupa que nos vaya a gustar la comida, el ya sabe que esta buena según el y su corte, que nos invitan a comer a su casa bajo sus reglas y encima nos cobran. Bien. Pero su negocio es complacernos a nosotros. No a su ego.

PUBLICADO ORIGINALMENTE EL 28 DE ABRIL DE 2014


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