domingo, 27 de marzo de 2011

MATAR PARA COMER.

Son cosas en las que uno nunca piensa. Estamos acostumbrados a estirar la mano y agarrar lo que se nos antoja. Cualquier cosa. Ahí está. A nuestra entera disposición. A cambio de unas pocas monedas y en la comodidad de nuestro supermercado más cercano podemos comprar cientos, miles de alimentos convenientemente empaquetados, con su bonita etiqueta y código de barras, envasados en atractivos envases y con fechas de caducidad a prueba de terremotos y huracanes. Alimentos a prueba de tontos.

¿Pero que hay detrás de un paquete de pechugas de pollo?

Y no voy a hablar del tema de la industrialización y de su voraz desarrollo en detrimento de la naturaleza. Ni tampoco voy a hablar de la manera en que los intereses creados por las corporaciones multinacionales han afectado la seguridad alimentaria, o de los efectos que sus prácticas han dejado en economías locales haciendo cada vez más grande la brecha entre los que comen tres veces al día y los que tres veces al día comen quelites. Esa es harina de otro costal...

Los seres humanos hemos decidido adoptar una dieta compuesta por una gran cantidad de proteínas animales de las cuales obtenemos gran parte de nuestro sustento diario. No siempre fue así, sin embargo a medida que nuestro dominio sobre los elementos ha ido aumentando, también ha aumentado nuestro apetito por éste tipo de alimentos, en detrimento de una presencia mayor de verduras, legumbres, semillas, germinados, brotes, hierbas y germinados o setas y hongos varios en nuestra dieta.

Nos gusta la carne, nos gusta el puerco, el pollo, el cordero, la ternera, el conejo al ajillo, la langosta a la parrilla, el marisco fresco, el pulpo, el huachinango, mero, rodaballo, merluza, atún. Nos gustan los camarones, langostinos, cigalitas y cangrejos de mar y de río. Nos gusta el chorizo y el jamón. Nos gustan las cremas, los quesos y la mantequilla. Nos gusta la grasa y la proteína animal más que a un niño un caramelo. Y qué bueno que así sea, yo no estoy aquí para decir lo contrario. Es parte de nuestra cultura alimentarnos de esta manera, nuestra madre tierra nos ofrece toda esta riqueza para que nos procuremos un festín a costa de ella. Y a través de este acto dotamos de identidad cultural a nuestros hábitos alimentarios, creando con la cocina una red de relaciones que perduran a lo largo de los años, y que van dando forma a la manera en que una gastronomía se diferencia de las demás.

Yo celebro que comamos proteínas animales. Recuerdo con cariño a mi madre que siempre que veía un toro o un cerdito comentaba y sigue comentando alegremente: "yo ya me lo imagino en filetes, de aquí carne para guisado y con la cabeza un caldo".  ¡Esa es mi mamá!¡Machete!

Sin embargo y volviendo a la pregunta inicial debemos reconocer que nos hemos desconectado concientemente por comodidad física y moral de lo que verdaderamente hay detrás de un paquete de pechugas de pollo en el supermercado.

Lo que hay es una vida, que deja de ser y estar,  para que nosotros podamos alimentarnos. Y ese es un sacrificio que no se paga con dinero. Pues el valor de un recurso, de un igrediente, de una vida es un valor más allá del meramente económico, y tu sabes que es asi. Otra cosa es que hayas optado por mirar para otro lado.

Por lo tanto mi reflexión es en el sentido de que si hemos tomado la decisión de alimentarnos de esta manera, lo menos que podemos hacer es tener un poco de respeto hacia los animales.

Respeto.

¿A qué me refiero?

Me refiero a que para que los podamos comer hay que matarlos. Y yo no tengo ningún problema con eso. No nos los vamos a comer vivos. Pero no es algo que un servidor se tome a la ligera.

                                 

Les voy a contar la historia de un bogavante que fue substraído de su medio ambiente en las frías costas de Canadá mientras comía tranquilamente en compañía de sus congéneres, en un día que podía ser cualquiera, cuando sin apenas darse cuenta, fue capturado junto a otros de su especie y arrancado violentamente de las aguas que lo vieron nacer para, atado de pies y manos, de manera que no se pueda defender, ser transportado en avión  hasta donde mi proveedor de mariscos y pescados lo mantendrá en sucio tanque de agua mecanicamente oxigenada hasta que llegue el momento en que él, junto a otros tantos bogavantes sean puestos en una triste caja de plástico, apretados y con más de una pata rota, para viajar por carretera y movidos de aquí para allá como si fueran cebollas, y lleguen medio muertos de hambre hasta mi cocina, donde pasarán solos, confundidos y a oscuras, las últimas horas de sus tristes vidas.

Hoy por la mañana le tocó la hora a uno de ellos. Vieron la luz que se enciende en la cámara frigorífica cuando se abre la puerta. Entré, me dirigí hacia ellos sin dilación y elegí al más grande, al más fuerte, al más pesado y al que se movía con más vigor de ellos. Cualidades que en la naturaleza le hubieran valido para vivir más en mis manos se convertían en cualidades para morir antes. Lo llevé a mi tabla. Sus grandes pinzas se levantaban en señal de lucha, su fuerte cola se arqueó hacia arriba demostrandome que estaba vivo, y que quería seguir viviendo. Con la punta del cuchillo le partí la cabeza en dos. Le di la vuelta y seguí el corte hasta la cola. La hermosa simetría de su entrañas multicolores, pintaba de rojos, verdes, azules y rosas mi vieja tabla de cortar, mientras el bogavante seguía moviendose.  Con la parte pesada de mi cuchillo le partí las pinzas, primero una, luego la otra. Y seguía moviendose. Así, retorciendose aún, lo tomé entre mis manos, sus órganos vivos sintieron en carne viva el escozor de la sal que habría de sazonar sus carnes y lo lanzé contra la plancha humeante, para cauterizar con aceite y fuego las heridas que en su cuerpo herido no dejaban de chorrear agua del mar de Canadá. Y seguía moviendose. Todavía en la plancha seguía moviendose. Y seguía moviendose.

Y me imaginé ¿Cómo sería la vida si los bogavantes fueran los cocineros y si el individuo a la plancha fuera yo?

Esto es lo que está detrás de cada animal que nos comemos. No podemos olvidar que algo dejó de existir para siempre para crear algo nuevo y que, depende de nosotros, sirva para crear vida. Tambíen depende de nosotros como cocineros que este sacrificio, hecho para que alguien pueda alimentar su cuerpo y si se me permite también su espíritu, con la energía que no se crea ni se destruye sólo se transforma cada día en nuestras cocinas, sea en el plato un homenaje a la vida de nuestros ingredientes.

Pues es obligación del cocinero, entender que los ingredientes con los que cocinamos no salen de máquinas ya etiquetados y con su código de barras. Son seres vivos a los que debemos de respetar antes y después de muertos. Nos alimentamos de ellos, y el trato que les damos debe ser un trato de respeto y agradecimiento.

Este respeto pasa por entender sus ciclos de vida, por favorecer las condiciones que permiten que lleguen en óptimas condiciones a nuestros mercados, por pagar el precio justo por su comercialización y por aprovechar hasta el ultimo pezcuezo, escama y oreja de todo lo que entra en nuestras cocinas.

Por que su muerte no haya sido en vano, por que no podemos darnos el lujo de desperdiciar nada, pero lo más importante:

POR QUE COMO COCINEROS TENEMOS LA RESPONSABILIDAD Y LA OBLIGACIÓN  EXIGIR QUE LOS ANIMALES QUE CONSUMIMOS NO SUFRAN DE MANERA INNECESARIA DURANTE SU CRÍA Y MATANZA, ASÍ COMO DE APROVECHAR TODAS Y CADA UNA DE LAS PARTES DEL ANIMAL SACRIFICADO EN ARAS DE UNA ALIMENTACIÓN, UNA COCINA Y UNA GASTRONOMÍA DIGNAS DE UN OFICIO QUE ENCUENTRA SU ORIGEN Y SU FIN EN LA VIDA.

Y si hemos sido tan valientes de matar, lo menos que de nosotros se puede esperar, es que transmitamos el mensaje de que lo malo no es MATAR PARA COMER, sino el no valorar como cocineros o comensales el sacrificio en el amplio sentido de la palabra que implica alimentarnos como hemos decidido alimentarnos desde que el hombre descubrió el fuego y se convirtió en hombre.

Por que cocinar hizo al hombre, y por que ser humano es ser humanitario, tenemos que entender que si es verdad que "todo lo que corre, nada y vuela va a la cazuela", también es verdad que en estos tiempos que vivimos sólo debes matar lo que te puedas comer.

Respeta lo que comes. Eres lo que comes.

Pues algún día el bogavante puedes ser tu.



¿QUIERES SABER MÁS?

domingo, 13 de marzo de 2011

ENSENADA EN EL PLATO (2)

Aquí tenemos la segunda parte de la entrevista que nos concedió el Chef Diego hace un par de semanas y que en estos momentos se encuentra haciendo la maleta pues se va a hacer la revolución a Los Angeles durante 3 únicos días.  Le deseamos mucha suerte y a todos nuestro paisanos en el sur de California, corran a apartar su silla a Pal Cabrón.

Diego Hernández Baquedano
Entrevistas para una causa.


¿Cómo crees que será la alimentación en México en 20 años?

Me cuesta mucho trabajo hablar de México a nivel país, pues, en la región donde vivo, tenemos muy pocas cosas en común por ejemplo con Chiapas, o Oaxaca, estoy seguro que allá la vida se lleva diferente.

Aun así, creo que en 20 años se volverá a los regionalismos y las cocinas mexicanas volverán a ser, solo, que no se puede negar el paso de la globalización, entonces será un regionalismo contemporáneo.

La cocina mexicana tradicional, es el resultado del encuentro, de productos y técnicas con raíces prehispánicas y las llegadas del Viejo Mundo, en 20 años esta definición deberá incluir el paso de la globalización por ella.

Con la vuelta a los  regionalismos, los productos de otras partes que se arraigaron a nuestra cultura que se tendrán que cultivar o criar aquí mismo para poder mantener esta ¨nueva cocina mexicana¨.

Habiendo dicho esto, entonces en Ensenada estamos viviendo en el futuro, pues este es exactamente el caso de lo que aquí sucede.

¿Qué rumbo tienen que tomar los restaurantes de comida mexicana para difundir los valores de dicha alimentación?
La mayor parte del problema de la alimentación creo que es que la gente no sabe cocinar, dicen que comen así, porque no tienen tiempo, pero creo mas bien que es porque no saben.

La gente no sabe reconocer las plantas, y en esto nos incluyo a muchos profesionales, pueden estar muriendo de hambre rodeados de quelites sin tener nada que comer.

Para difundir los valores de la alimentación creo necesario que los restaurantes deben utilizar ingredientes locales, trabajar con la gente de su comunidad, plantar huertos, participar en temas sociales referentes a la alimentación y compartir públicamente técnicas de preparación básicas, pues tan importante es que las personas valoren sus ingredientes y su procedencia, como es que aprendan a cocinar.

¿Dónde te ves en 20 años?

Escribiendo y compartiendo, dando conferencias sobre sustentabilidad en los alimentos, atendiendo restaurantes, me veo con trabajando con mi red de amigos productores en unidad, me veo abriendo negocios de siembra, cultivo y crianza sustentable, generando empleos en alimentación que sean justos y humanos. Participando con la comunidad en la alimentación.
¿Si no fueras cocinero que serías y porqué?

Músico o cineasta, me gusta todo el expresionismo, compartirte, salir de ti y expresarlo, interpretando las cosas como tu las ves, eso te libera.
Soy adicto a esa sensación, y la cocina también me lo da.

¿Cuéntanos un recuerdo de tu niñez relacionado con tu decisión por cuidar de la alimentación, de la cocina y de la gastronomía?

Lo de cuidar la alimentación vino después, por mi hija. Lo de consumir productos sanos, ha sido siempre, sin darnos cuenta, en crecer en Ensenada te da cosas así, pero es normal, somos un pueblo, estamos alejados de la capital, y antes, si comprabas aquí, es muy probable que lo que estabas comprando sea de algún ranchito, sea natural y no trae etiqueta de ¨organico¨. Hoy ya con tantas cosas, si hay que preguntar.

¡Cuando muy niño, viví en Toluca, las visitas al mercado Juárez con mi abuela eran la locura, me impresionaba ver los pollos colgando o ver los acociles vivos en cubetas y que eso se comiera! Mi abuela fue la que me enseño de comida, era la que compraba y era la que cocinaba, yo estaba mucho con ella.
¿Cuál fue la primera vez que te sentiste orgulloso de ser cocinero?

Mas que orgullo es agradecimiento. La cocina me ha dado todo, me dio las herramientas para moverme por la vida sabiendo hacer algo, me dio una profesión, me dio estudios, me dio  a mi familia (mi mujer también es cocinera), me hizo mas humano, al mostrarme la situación en la que vivimos.

¿Te atreves a darle un consejo a los estudiantes de cocina que serán los jefes de cocina dentro de 20 años?

No pueden solo ser cocineros, deben devolver algo la industria que los formo, hagan composta siembren. Aprenderán muchas cosas en el camino, se harán mas sensibles, valoraran mas el trabajo de las personas, y su comida será mucho mejor. Y antes que nada, disfruten de la comida. Si aprendes a disfrutarla aprendes a valorar un simple rábano y le quitas lo simple, lo llevas a otro nivel. Decía Santi Santamaria ¨Para dorar una cebolla, o degustar unos macarrones, hace falta filosofía".

¿A qué restaurante sueñas con ir a cenar?

¡Hay tantos!

Me interesa Blue Hill and the Stone Barns, ChezPanisse, Mugaritz, Noma, La Tour d´Argent, La Hacienda de los Morales y La Fonda del Golfo.

¿Cuáles son tus próximos proyectos como cocinero y como mexicano?

Estoy por abrir junto con Eileen Gregory en Valle de Guadalupe, un restaurante-mercado, que unirá a los productores de Ensenada y valle de Guadalupe, haremos charcutería, panadería, confitería, y la verdura todo del huerto, algo así como Dean and Deluca, pero regionalista, y sin la parte fancy, aunado a esto un Food Truck, donde se servirá el menú del restaurante en Ensenada y se venderán los mismos productos.

Y empezar y terminar nuestra huerta en casa.









































MUCHAS GRACIAS DIEGO HERNÁNDEZ POR TU COLABORACIÓN Y POR AYUDARNOS A ENTENDER LA IMPORTANCIA DE CREER QUE UN CAMBIO EN NUESTRA ALIMENTACIÓN ES NECESARIO Y QUE ESO SE TRADUCIRÁ EN BENEFICIO PARA NUESTRA SALUD, NUESTRO MEDIO AMBIENTE Y NUESTRA ECONOMÍA LOCAL, COCINANDO JUNTOS UNA NUEVA COCINA POPULAR MEXICANA.

miércoles, 9 de marzo de 2011

AMONOS RECIO (1)

¿Qué es la música mexicana? ¿Cómo definirla? ¿Cómo delimitar sus competencias? ¿Quién pone los límites?
¿Una composición tradicional interpertada por un artista extranjero y en otro idioma es música mexicana?

Valga como ejemplo el famosísimo "Besame mucho" ¿Interpretada en ruso, en arabe o hasta en euskera sería música mexicana? ¿Y una canción de Pink Floyd interpretada por un grupo norteño es música mexicana?¿Porqué la música mexicana es música mexicana?

¿Y si trasladamos estas reflexiones con mucho cuidado y establecemos una analogía entre música mexicana y cocina mexicana?

Si partimos de la base que la música mexicana puede ser moderna o tradicional, nadie puede discutirme que tanto Magos Herrera como Lila Downs interpretan música mexicana. Si la música es norteña o es del Golfo sigue siendo música mexicana. Y si la música es de ayer o se inspira en las vanguardias puede sonarnos a Los Panchos o a Jorge Reyes, pero sigue siendo música mexicana.

En ese sentido quiero reinvindicar que siempre y cuando la alimentación, la cocina y la gastronomía se ocupen  y se preocupen por nuestro medio ambiente, por la gente que vive en el campo por el campo y para el campo, no harémos diferencia, ni tendremos preferencia entre la tradición o la vanguardia. Siempre tendrá un lugar en la Nueva Cocina Popular Mexicana. Siempre que sea una cocina que sepa a sol y sal, a maíz y cal.

Como muestra de esta afirmación, Nueva Cocina Popular Mexicana se enorgullese de presentar el trabajo de un cocinero mexicano que tiene muy claro que la creatividad no está reñida con el respeto a nuestro patrimonio cultural y gastronómico, muy al contrario, ha descubierto que sólo gracias a nuestro pasado su trabajo puede ser entendido, pues es el punto de referencia para apreciarlo, entenderlo y valorarlo pues sin referencias históricas, sin memoria y sin contexto su compromiso con México estaría en entre dicho.

Pero su trabajo conecta, emociona y transmite su cariño por su tierra y su irrenunciable consigna de no cocinar en ausencia de TOTAL LIBERTAD.

Frank Juarez


REPRESENTO UN GRUPO DE PROFESIONALES Y ENTUSIASTAS DE DIVERSAS DISCIPLINAS .

NOS APASIONA LA CALIDAD DE NUESTROS INGREDIENTES, APOYAMOS LA COMPRA DE PRODUCTO LOCAL, LA PRODUCCIÓN ARTESANA DE VINO, QUESO, VEGETALES Y HORTALIZAS ORGÁNICAS.

DEFINIMOS NUESTRA FILOSOFÍA DE TRABAJO COMO INDEPENDIENTE, NOS INTERESA LA INVESTIGACIÓN, LA REFLEXIÓN DEL INGREDIENTE POR ENCIMA DE LA TÉCNICA Y LA TÉCNICA COMO HERRAMIENTA PARA DESARROLLAR NUEVOS CAMINOS.

SOMOS MEXICANOS, NOS GUSTA LA COMIDA TRADICIONAL, PERO NOS AYUDAMOS DE TÉCNICA, PRODUCTOS E INGREDIENTES GLOBALES, SIEMPRE Y CUANDO SEA NECESARIO Y/O APORTE NUEVAS POSIBILIDADES AL FINAL TODOS SOMOS INFLUIDOS EN GRAN MANERA.
NOS APASIONA INTENSAMENTE EL PACIFICO MEXICANO, LOS LITORALES DE MÉXICO.
NOS INSPIRA EL PRODUCTO ORGÁNICO, BIODINÁMICO MEXICANO.

CREEMOS QUE LA COCINA MEXICANA ESTA EN UN PUNTO CRUCIAL, ESTA CAMBIANDO, EVOLUCIONANDO; CREEMOS NECESARIA UNA REFORMA EN LAS FORMAS-MANERAS DE ABORDARLA Y COMPARTIRLA.

¿QUE COMERÁ LA SIGUIENTE GENERACIÓN?

¿SERA ACASO QUE NUESTRA MEMORIA GUSTATIVA SE QUEDARA INDEFENSA AL SABER QUE, MUCHOS INGREDIENTES, SABORES Y AROMAS ESTÁN SIENDO SUSTITUIDOS POR UNA SOBREEXPLOTACION, O EL USO DE PRODUCTOS TRANSGENICOS, LA GLOBALIZACIÓN?

NOS MOTIVA LA HOSPITALIDAD MEXICANA, NOS GUSTA SER ANFITRIONES, LA COMIDA FAMILIAR Y ENTRE AMIGOS, ES HORA DE DIGNIFICAR ESTA VIRTUD.

ESTAMOS ORIENTADOS A SER PUENTE ENTRE PROFESIONALES DE LA GASTRONOMÍA Y GASTRÓNOMOS CON EL PÚBLICO EN GENERAL.

CREANDO UN MOVIMIENTO EN PRO DEL ORGULLO POR LO QUE ES LOCAL, LO NUESTRO, LO QUE SE COSECHA A NUESTRO ALREDEDOR.
PODER EMPUJAR UN ORGULLO INTENSO POR NUESTRA GASTRONOMÍA, NUESTRA CULTURA, RESCATE Y DIFUSIÓN DE TÉCNICAS Y RECETAS MEXICANAS.

POR OTRO LADO ESTAMOS INMERSOS EN LA INVESTIGACIÓN, LA EXPERIMENTACIÓN CON NUESTROS INGREDIENTES, DESDE NUESTROS RESTAURANTES PODER GENERAR UNA COCINA MEXICANA DEL SIGLO XXI, DONDE CONFLUYEN HISTORIA Y MODERNIDAD, INGREDIENTES LOCALES Y FORMAS DE TRATAMIENTO ANCESTRALES, CON MUCHO SENTIDO DEL HUMOR, JUEGO Y RECUERDOS.

ALGUNA VEZ UN PERIÓDICO DE GUADALAJARA MENCIONO ACERCA DE NOSOTROS QUE NUESTRO ESTILO POR ASÍ LLAMARLO ERA TECNOEMOCIONAL.

Y LA VERDAD ES QUE NUESTRO MÉXICO ES MUCHO RECUERDO, MUCHO AROMA, MUCHO SABOR COMO PARA NO INTENTAR LLEVARLO A UN REPLANTEAMIENTO, HACER LO ELEGANTE QUE DE POR SI ES EN ESCENCIA. UNA COCINA MEXICANA INDEPENDIENTE.

PIENSO QUE UN CAMINO PARA MANTENER VIVAS Y MAS PRESENTES QUE NUNCA NUESTRAS RECETAS, NUESTROS INGREDIENTE Y NUESTRAS SALSAS ES SIENDO CREATIVOS.

ALIGERANDO ALGUNAS PREPARACIONES HEMOS OBTENIDO EXCELENTES RESULTADOS.

UN MANCHAMANTELES CON GUAJOLOTE, POLLO AL PIBIL O ATÚN ALETA AMARILLO EN ADOBO, UN MULLI DE RESPETO CON FILETE DE RES, PESCADO CON PIPIAN VERDE, CAMARONES AL PASTOR Y MUCHOS ETC.

EN LO PERSONAL ESTE TIPO DE ADAPTACIÓN ME HA RESULTADO EN GRANDES PLATOS.

QUE ME PERMITEN DIBUJAR LA SILUETA DE UNA COCINA PERSONAL, PROPIA E INDEPENDIENTE.

AHORA RADICO EN EL NOROESTE DE MÉXICO, Y ESTAMOS EMPUJANDO A NUESTROS PRODUCTORES LOCALES, QUESO, LECHE FRESCA, YOGURT, HUEVO ORGÁNICO Y ETC.

LA COCINA MEXICANA DEPENDE DE SUS INGREDIENTES.
Y ES NUESTRA LABOR CUIDARLOS, RECOMENDARLOS Y PROTEGERLOS.

Frank es de Ensenada. Actualmente es Chef Ejecutivo del Casino de Saltillo y participa como instructor del Diplomado de Cocina de Vanguardia en el Centro de Estudios Culinario Roccatti en Monterrey. N. L.  ¿Su proximo proyecto?  Entre otras muchísimas cosas abrir su propio restaurante en verano. Se llamará "FRONTERA NORTE".

Amonos recio Frank. Amonos recio...